domingo, 8 de diciembre de 2013

No hay final.

Coge mi mano y no me sueltes, no me dejes caer. Quédate aquí, abrázame. La vida es menos puta si tú estás. No te vayas. No te alejes. Sonríeme en la boca, mantén tus ojos a dos centímetros de mi cara, aprieta tu mano cuando sostengas la mía, entrelaza nuestras piernas en la cama, rodéame con tus brazos mientras dormimos. Mantente en mis sueños mientras eres mi realidad. Hazme reír en cada mal momento, recoge mis lágrimas con besos. Cuando pasen los años, aguanta mi mal humor, no pierdas la paciencia con mi pérdida de memoria, sostenme cuando fallen mis fuerzas Cuando me vaya, recuerda cada estupidez hecha juntos, llévame mis flores favoritas. Yo te esperaré arriba hasta que vuelvas a mis brazos y tengamos el cielo para nosotros. Sin que la muerte nos separe.

martes, 3 de diciembre de 2013

domingo, 17 de noviembre de 2013

Y sonríes, aunque cueste. Y abrazas, aunque duela. Qué más da fingir, si nadie lo valora. Qué más da luchar, si sigues sola. Si quien te conoce se aleja porque piensa que estás loca. Si lo estás. Si no te importa. Si el frío te acompaña. Si te gusta. Si crees que lo mereces.
Si todo esto se te olvida cuando ves su sonrisa. (Si tú la causas).

jueves, 2 de mayo de 2013

Devuélveme.

Devuélveme las ganas de vivir, mis sonrisas, mi alegría. Devuélveme los sueños, llévate las pesadillas. Todo es complicado ahora. No estás y me cuesta. Me cuesta levantarme, me cuesta sentir, me cuesta reír, me cuesta no llorar a cada segundo. Me pesa mucho tu ausencia. Demasiado. Pero tengo que vivir con ello. Con tu vacío. El puto vacío que me quita la vida día a día. Prometí ser fuerte, lo estoy siendo, te lo juro. Sé que desde arriba vigilas lo que hago, cuidas de mi y me alientas a seguir. Me dijiste que esperarías las vidas que haga falta para volver a estar conmigo. Y volveremos. Volverás a reírte de mi forma de vestir y yo de la tuya, de que quiera un pato, de mi risa, de mi voz. Y yo te miraré y sonreiré. Y sabré por fin que ese siempre se habrá cumplido. Toda una eternidad. Juntos.

'Sé que soy de pocas palabras, pero cuando digo te quiero, en realidad quiero decir quiero estar contigo para siempre porque te amo'

lunes, 18 de febrero de 2013

Tardes de domingo.

La música suena, pero ya no significa nada. Son frases aleatorias, sin sentido, con un simple ruido de fondo. Y pensar que era tu canción favorita... Pero ya no te identificas con ella. Ni con ninguna. Ni con nada. Solo con el silencio, es el que mejor te entiende. Te deja pensar. Aclararte. Intentas entenderlo todo. Pero nada. Y te duele la cabeza. Y apagas lo que un día podría haber sido tu banda sonora original, porque en este momento, te molesta, no te hace sentir nada. Aunque, al fin y al cabo, ¿qué eres?, ¿qué has sido?, ¿qué serás? Nada. Y no te preocupa. No quieres ni existir. No tienes hambre ni sed, calor ni frío, nada. No sientes. Solo escuchas cómo el aire entra dentro de ti hasta tus pulmones. Y tampoco te gusta. No te mereces ni eso. Nada.

domingo, 17 de febrero de 2013

¿Sabes lo que pasa? Que me cuesta mucho decirte que conocerte, encontrarme contigo, me cambió la vida. ¿Y sabes lo que me cuesta aún más decirte? Que me la cambió para mejor. Yo siempre había estado sola, nunca había tenido a nadie y pensaba que me iba a quedar así para siempre. Pero ahora no. ¿Sabes que me cuesta aún más decirte? Que quiero estar a tu lado, de riña, no sabiéndote decir las cosas, sacándote de quicio... Toda una vida.
Solo si tú quieres.

viernes, 18 de enero de 2013

Bien. Esa gran mentira.

Cada día huyes de él, no te gusta, te hace sentir mal, insegura, inestable, débil. Pero hay por todas partes. Tú solo miras al suelo, deseando que desaparezcan todos. Sin embargo, sin querer, levantas la vista y ahí está. Una figura horrible. Demasiado ancha, demasiado imperfecta, demasiado desagradable. Lloras. Te habías prometido no volver a hacerlo por eso, pero no puedes evitarlo. Esa figura repelente eres tú. No buscas la perfección, sabes que nunca la conseguirías, pero eso... El espejo refleja un monstruo, algo que odias y no quieres ser. Llaman a la puerta. Te arreglas el maquillaje, corrido por las lágrimas, con la manga y abres. Te sonríen. Sonríes, pones tu mejor cara.
+¿Qué tal, todo bien?
-Bien, como siempre.