sábado, 24 de noviembre de 2012

Strenght.


Las cosas no son tan sencillas como parecen. Sonreír, no es solo enseñar los dientes. Abrazar, no es solo rodear a otra persona con tus brazos. Todo es más complicado que eso. Todo depende de otros factores, de situaciones o personas. Llorar no es solo dejar caer lágrimas. Cada lágrima cuenta una historia, puede que feliz en su momento, pero ahora manchada de tristeza por la nostalgia. Nostalgia que me mata día a día.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Loneliness.

Hace demasiado tiempo que tu almohada es tu mejor amiga. Ha escuchado tantas historias y sufrido tantas lágrimas nocturnas, que nadie puede transmitirte más confianza que eso. Nunca nadie sabrá de tus lloros ni tus penas, ella nunca va a poder contar nada. Aunque tampoco tendría a quien, eres una persona solitaria. Bueno, en realidad no es eso. Tienes tus amigos, con ellos sales, te ríes y lo pasas bien. Te ayudan a desconectar de ese infierno que tienes al entrar en casa. No sueles comentar nada porque no te gusta preocupar a la gente, no te gusta que te pregunten. Aunque, al fin y al cabo, nunca caerían en que te pasa algo, siempre tienes una sonrisa que mostrar o alguna gracia que hacer. Muy pocas personas te han visto llorar o sufrir, pero te gusta así. Te gusta que te vean como una persona viva y alegre aunque por dentro estés marchita y desganada. Puede que el problema sea ese, que no tienes ganas de nada, ni tan siquiera de vivir. No has tenido una vida especialmente afortunada, pero no te quejas porque siempre habrá gente que lo pase peor que tú y sería egoísta hacerlo. Siempre te has refugiado en la música y los libros. Ellos te hacen pensar que todo puede ir mejor, pero entonces termina la canción o llegas a la última página y todo vuelve a ser igual. La misma mierda de siempre. La misma mierda que prometes dejar atrás cada día, pero sigue aquí contigo.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Alone.


Solo te acompaña el frío. Incluso las ganas de vivir están ya lejos de ti. El hambre te abandonó hace ya tiempo y el sueño viene y va cuando le apetece. Te has acostumbrado a convivir con la soledad, no es nada charlatana y te deja tu espacio. Al principio te incomodaba, pero ahora te gusta. Quizá a veces te gustaría tener a alguien al lado, pero luego piensas en todo lo que has pasado y, al fin y al cabo, dicen que mejor solo que mal acompañado, ¿no? De vez en cuando recuerdas tu vida de antes. Recuerdas cuánta falsedad, odio, envidia y cuánta sensación de inferioridad te rodeaban. Tu vida actual es mucho mejor, nada ni nadie de qué preocuparse, solo tú. Tú y la soledad, que una vez te acoge entre sus brazos, nunca te deja marchar.