¿Qué es
ser feliz? ¿Qué se siente? Buena pregunta. Mucha gente respondería que ser
feliz es gozar de una buena salud, mantener una buena relación con tu familia y
amigos y tener una situación económica favorable. Esas personas, a la segunda
pregunta responderían que te sientes bien, realizado, a gusto contigo mismo.
Falsos. Materialistas. O eso piensa ella… Para ella esas preguntas tienen
respuestas muy diferentes. Ella es una chica normal de instituto, no tiene una
buena relación con sus padres y con el resto de su familia no mantiene
contacto. Está acostumbrada a los gritos matutinos de su madre, a las
constantes discusiones con su padre. Por otro lado… Amigos. Ya no recordaba qué
era tener un amigo, qué se sentía. Su situación económica se basa en el poco
dinero que podía ahorra por hacer recados a sus vecinos. Todos sus ahorros
estaban en una caja escondida en el fondo de su armario en su habitación. Para
emergencias, decía. Realmente ahorraba porque deseaba emanciparse y olvidar su vida. Toda su vida. Bueno, en
realidad toda no. Toda menos a él. ÉL. No sabía su nombre. Jamás nadie se lo
había presentado o le había dicho cómo se llamaba. Pero ella cada mañana
madrugaba para coger el metro que él cogía. Sabía el vagón, el asiento que
solía utilizar. Sabía que le gustaba llevar sus Vans los martes, que le gustaba
leer libros “de niñas” (como 3msc), que tenía una manía horrible con comprobar
cada poco tiempo que su flequillo estaba bien, y que escuchaban el mismo tipo
de música. Toda esta información le ha costado conseguirla. Madrugones cada día
y paciencia, mucha paciencia. Se pasaba los viajes mirándole, disimuladamente.
No quería que supiera que estaba ahí por él. Aunque no sabía de qué se
preocupaba. Probablemente él ni se haya fijado en ella.
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Se
levantaba. Comprobaba su flequillo. Todo bien. Iba al salón, le esperaba el
desayuno. Cada mañana la chica que trabaja en su casa le tenía preparada
cualquier delicia, todas de su agrado. Después de termina de comer, volvía a su
habitación, se cambiaba y cogía su mochila. Buscaba. Su abono está ahí, todo
perfecto. Miraba su reloj. Era hora de salir hacia el metro. No podía perder el
que cogía siempre. Y mucho menos ahora que iba con ella. Ella. Anhelaba saber
su nombre. A veces jugaba a ponerle nombre, pensando cuál le venía mejor a esa
carita aniñada que de vez cuando le miraba, pero cuando se daba cuenta de que
él la miraba también, apartaba sus ojos tímidamente. Aunque a veces sus miradas
se cruzaban, dudaba de que ella quisiera conocerle. Pensaba que para ella sería
una especie de juego, nada más.
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Pero
entonces ocurrió. Todo cambió. Esa mañana fue el comienzo de algo. Algo grande.
Cuando ella entraba, él ya estaba sentado en su sitio de siempre. Pero ese día
había algo especial. Un sitio libre. A su lado. Ella se armó de valor y se
sentó. Es lo más cerca que había estado nunca de él. Podía respirar su olor.
Era dulce, le encantaba. La transportaba a otro mundo. De repente una voz: “Me
llamo Lucas”. “¿Qué?”. Se sentía estúpida, no le había escuchado. “Que me llamo
Lucas, ¿y tú?”. “Carlota”. Y sonrió. Y él disfrutó de esa sonrisa como de
ninguna otra. Podría quedarse viéndola sonreir toda la vida. Empezaron a
hablar. Cada día un poco más. Se iban conociendo. Se querían, pero ninguno se
atrevía a dar el paso. Hasta ese día. Lucas la cogió de la mano. Carlota le
miró tímidamente. Se acercaron y no pudieron evitar lo inevitable. Se besaron.
Y fue maravilloso. Se sentían como en las nubes. Y empezaron a dejarse llevar.
“Mierda”-Lucas-“me he pasado de parada”. Carlota se sintió culpable y bajó la
cabeza. Él la cogió de la barbilla y le alzó la mirada hasta que se cruzó con
la suya. “Te quiero”. Y ella sonrío. Y juró no cansarse nunca de escuchar
aquello. ¿Qué es ser feliz? ¿Qué se siente? Gran respuesta. Para ellos, ser
feliz es simple. Ser feliz es poder ver sus ojos cada día, conseguir sonrisas,
besos, abrazos… El metro. El tacto de sus manos unidas. Porque sienten algo
grande, felicidad. Y no sabrían cómo explicarlo. Felicidad es levantarte con
una sonrisa sabiendo que vas a ver a esa persona. Felicidad es reir sin razón,
solo recordando tonterías hechas juntos. Felicidad es él. Felicidad es ella.
Felicidad es ese ellos, que es un nosotros.